lunes, 16 de noviembre de 2009

EL DIARIO DE MI AMIGA BACA


DIA 1:

Estoy en el campo pastando y llego un gran depredador. Me subieron ha un camión y me llevaron ha un matadero, deje a mis hijos solos, ojala que hallan podido arrancar y
Que no tengan mi mismo destino.

DIA 2:

Hoy he llegado al matadero. Es terrible el olor ha muerte que hay, los gritos son aterradores, me da miedo pensar lo que viene después, que ira a ser de mi. Dicen que después que te matan te llevan ha una carnicería y me muestran detrás de un vidrio. Cuando soy comprada me digieren.

Ojala que todos tomen conciencia para salvar ha mis hermanas que les espera mi mismo destino.

DIA 3:

Estoy enserada en un espacio que me desespero. Hoy me vinieron a inyectar drogas para engordar, no me dejan hacer ejercicios porque dicen que entre mas quietas mas gordas.

Hoy he quedado traumada, es difícil decirlo pero me han violado y tendré hijos, pero no se si llamarles hijos esta bien, porque nunca los podré tener ha mi lado.

DIA 4:

Me tratan super mal aún embarazada , la verdad es que morir es mejor que estar aquí, quiero que nazcan Luego mis hijos.

Después de un tiempo:

Han nacido mis hijos, nose si estar feliz porque a mis hijos no se les espera buena vida, hoy me llevaron ha darles de mamar a mis hijos, la verdad es que es muy incomodo.

Me han robado la leche, ya estoy muy vieja llego mi hora adiós y el que lea mi Darío que tome conciencia


FIN




DE: MARTIN JESUS SANATAN SOTO

miércoles, 11 de noviembre de 2009

los mataderos


En los mataderos los animales pueden oler, oír y a menudo ver morir a los animales que los preceden. Mientras los animales se defienden, los operarios humanos, que son presionados para que las líneas de producción avancen rápidamente, reaccionan a menudo con impaciencia hacia los animales.


Métodos habituales de aturdimiento de mamíferos:


Aturdimiento mediante pistola de bala cautiva – Se coloca una "pistola" contra la cabeza del animal y se dispara un vástago de metal al cerebro. Disparar a un animal que se está defendiendo resulta difícil, y a menudo el vástago no da en el blanco.


Aturdimiento eléctrico– La corriente produce un ataque epiléptico y a continuación el animal es degollado. De acuerdo con el asesor industrial y doctor Temple Grandin, “Un amperaje insuficiente puede paralizar a un animal sin que por ello pierda la sensibilidad.”


Matanza ritual – Los animales permanecen totalmente conscientes cuando les cortan las carótidas. En teoría, esto debería provocar la inconsciencia en materia de segundos, pero debido al flujo sanguíneo de las arterias vertebrales de la parte posterior del cuello, algunos animales pueden permanecer conscientes hasta un minuto mientras se desangran. Además, el Doctor Temple Grandin señala: “Desafortunadamente, algunos mataderos utilizan métodos crueles de inmovilización, tales como colgar a los animales vivos boca abajo.” Esto puede provocar roturas de huesos, ya que el pesado animal cuelga de una cadena sujeta a una sola pata.


En un artículo publicado en el Washington Post se afirmaba que “los cerdos, a diferencia del ganado vacuno, son introducidos en tanques de agua caliente tras haber sido aturdidos con el fin de ablandarles la piel para desollarlos. Como resultado, una matanza negligente condena a algunos cerdos a ser escaldados y ahogados. Grabaciones de vídeo secretas de una empresa porcina de Iowa muestran cerdos chillando y pataleando a medida que son introducidos en el agua.”


Con el fin de provocar la parálisis en las aves para facilitar su manejo, se emplea normalmente el aturdimiento eléctrico. Sin embargo, no se sabe con seguridad si el aturdimiento deja a las aves inconscientes; la descarga eléctrica puede ser una “experiencia intensamente dolorosa.” Cada año, un gran porcentaje de pollos, pavos, patos y gansos llegan vivos a los tanques de agua caliente y mueren escaldados o ahogados.


El Ministerio de Agricultura de Estados Unidos (USDA) supervisa el tratamiento de los animales en las industrias cárnicas por medio de inspectores de carne. Arthur Hughes, vicepresidente del Consejo Nacional de Organismos de Inspección Alimentaria, una asociación de 6.000 inspectores cárnicos federales, afirma: “Los aumentos drásticos en el ritmo de producción, la falta de apoyo por parte de los supervisores de las industrias, las nuevas medidas de inspección que reducen considerablemente nuestra autoridad para hacer cumplir la ley, y el poco o nulo acceso a las zonas de los mataderos donde se sacrifica a los animales, han dificultado considerablemente nuestra capacidad para garantizar el cumplimiento de reglamentos más humanos.”


Incluso cuando los inspectores informan de la existencia de problemas, el gobierno a menudo hace caso omiso de ellos. Por ejemplo, no se tomaron medidas contra una empresa de ganado vacuno de Texas, a pesar de las 22 citaciones judiciales que recibió en 1998 por infracciones, entre las que se incluía cortar las pezuñas al ganado vivo.


El 24 de mayo de 2000, el nuevo servicio de King5.com en Seattle (Washington) publicó un artículo acerca de unas filmaciones secretas tomadas en un matadero de IBP cercano. Según el reportaje, “El vídeo muestra vacas caídas por el suelo que son pisoteadas y arrastradas, otras son torturadas con aguijones eléctricos. Una vaca ha caído y los operarios le clavan una aguijón eléctrico en la cabeza, a continuación se lo colocan en la boca. Otras vacas cuelgan de cadenas, totalmente conscientes, parpadeando y coceando. El trabajador que grabó el vídeo comentó que una vaca había llegado ya al puesto donde les cortan las patas. ‘Sería horrible que alguien te cortase la pierna sin anestesia.’”


Según Steve Cockerham, inspector del USDA en los mataderos de Nebraska, y Lester Friedlander, antiguo veterinario del USDA, algunos mataderos estadounidenses desuellan habitualmente ganado vivo, introducen cerdos chillando en agua ardiendo y maltratan a animales todavía conscientes de otras formas para mantener un ritmo de producción rápido. Cockerham y Friedlander aseguraron que la ley federal que exige a los mataderos sacrificar a los animales de una forma más humana se infringe cada vez más a medida que las empresas cárnicas prosperan. Cockerham añadió que a menudo veía a los operarios del matadero cortarles las patas, las orejas y las ubres al ganado que estaba consciente sobre la cinta transportadora una vez que las pistolas de aturdimiento no habían funcionado correctamente. "Todavía parpadeaban y se movían. Es algo asqueroso," dijo.


El investigador Gail Eisnitz relata las generalizadas violaciones de la Ley de Sacrificio Humanitario en su libro de 1997 "Matadero". La siguiente es una de tantas historias: “Se trataba de una planta donde los cerdos eran dejados a horcajadas y chillando sobre el inmovilizador de la cinta transportadora y colgando vivos de una sola pata cuando los trabajadores dejaban la zona de desangrado durante sus descansos de media hora para comer; donde los encargados del aturdimiento daban descargas eléctricas a los cerdos tres o cuatro veces... donde miles de cerdos chillando eran introducidos vivos en el tanque de agua caliente del matadero.”

lo terrible que es la viviseccion


La palabra vivisección, del latín "vivus" (vivo) y "secare" (cortar), describe todas las torturas imaginables que sufren millones de animales -por lucro, curiosidad o ignorancia- en experimentos pseudocientíficos, carentes de fiabilidad y rigor científico, realizados en los miles de laboratorios de todo el mundo que forman parte del lucrativo negocio de las industrias médicas, farmacéuticas, veterinarias, laboratorios de toxicología y cosmética, y universidades o centros de enseñanza donde -a puerta cerrada- científicos, cirujanos, químicos, psicólogos, veterinarios, y sus equipos de técnicos, asistentes y estudiantes, practican la vivisección o disección de animales al margen de la opinión pública, perpetrando -supuestamente en nombre de la ciencia, la salud, o la educación- un holocausto de increíbles proporciones.


Cada día, año tras año, cientos de millones de animales de todas las especies: ratas, ratones, gatos, perros, conejos, cerdos, cabras, ovejas, carneros, vacas, caballos, aves, pájaros, peces, primates, etc., sufren repetidamente hasta la muerte todo tipo de torturas físicas y psicológicas para determinar la supuesta inocuidad o toxicidad de nuevos productos comerciales o farmacéuticos, o simplemente para comprobar el poder letal de nuevas armas de destrucción, siendo utilizados como "modelos" en crueles e inútiles experimentos que no aportan soluciones a nuestros problemas, porque los resultados obtenidos no son científicamente extrapolables al ser humano.


Someter animales sanos a operaciones que no necesitan o criar animales con enfermedades "a la carta" para utilizarlos como "modelos" específicos para tratar de aportar soluciones a nuestros problemas de salud -aparte de una atrocidad moral- es una aberración fraudulenta -médica y científica-, porque las reacciones a los fármacos y las enfermedades o traumas inducidos violenta y artificialmente a animales de otras especies son distintas y no guardan relación con las enfermedades que se desarrollan espontáneamente en el ser humano. La práctica de la vivisección hace posible la proliferación de medicamentos y de otros productos porque son una coartada legal que permite dar una falsa sensación de seguridad al usuario, que ignora que los "nuevos" fármacos y productos de cosmética y consumo general -obtenidos para reemplazar a los que van siendo retirados cuando se manifiestan los daños o "efectos secundarios" que producen- a veces se comercializan a pesar de producir cánceres y tumores en los animales, por la falta de fiabilidad de tales experimentos.


Debido a la falta de información o desinformación existente, muchos aún creen que algunos experimentos están más justificados que otros y aunque admitan, por ejemplo, como algo frívolo y éticamente injustificable el testar productos de cosmética en animales, la influencia y el enorme poder de las grandes industrias químico-farmacéuticas impiden todavía, a una sociedad ignorante, condenar la experimentación médica, al menos desde el punto de vista científico, lo cual nos permitiría a todos los seres vivos dejar de ser tratados como "cobayas" por el sistema actual.


Un cáncer espontáneo, por ejemplo, tiene una relación íntima con el organismo que lo desarrolla, y posiblemente también con su mente, mientras que las células cancerosas que se implantan en otro organismo no tienen ninguna relación "natural" con éste. Los sistemas patológicos no pueden inventarse ni construirse -el síntoma no es la expresión de algo patológico, sino la manifestación externa de un desequilibrio interno. El hecho de que los animales estén siempre sanos antes de ser utilizados, prueba también que el propósito de los experimentos nunca es prevenir ni curar.


Las únicas pruebas científicas con un cierto grado de fiabilidad son los ensayos y estudios clínicos humanos.
Mutilar, envenenar, irradiar, quemar, congelar, inyectar, operar quirúrgicamente a seres vivos sanos -que sufren y sienten- que no necesitan ningún tipo de operación, producirles cánceres y tumores, descargas eléctricas, privarles de comer y beber, forzarles a ingerir alcohol en contra de su voluntad y su naturaleza, o inhalar el humo de tabaco -que sólo algunos seres racionales capaces de leer la advertencia de su peligrosidad se tragan voluntariamente-, son acciones claramente cuestionables y condenables porque manifiestan un alto grado de sadismo y una flagrante carencia de sensibilidad y de rigor científico, que proporcionan, sin embargo, beneficios millonarios a los fabricantes -sin escrúpulos- de nuevos fármacos y productos tales como detergentes, limpiadores de hornos, blanqueadores, barras de labios, pasta de dientes, cremas corporales, perfumes, aditivos alimentarios e industriales, fertilizantes químicos, etc. -a menudo innecesarios y peligrosos para la salud y el medioambiente-, para satisfacer la creciente demanda de medicinas y productos, de dudosa calidad y fiabilidad, con criterios puramente lucrativos y mercantilistas.


Estos experimentos -obviamente crueles y carentes de sentido común- ponen también en serio peligro nuestra salud, debido al uso de preparados farmacéuticos considerados originalmente seguros después de ser testados en animales y comprobarse posteriormente su toxicidad. Entre los desastres terapéuticos más conocidos -que no han dejado de aumentar desde los años cincuenta- se encuentra el caso de la talidomida -un sedante introducido en Alemania, en octubre de 1957, con el nombre de "Contergan", recomendado como seguro para las madres gestantes, después de tres años de pruebas exhaustivas con animales-, creada por la compañía Chemie Grünenthal, y comercializada en 11 países occidentales, 17 de Asia y 7 de África, causó malformaciones congénitas a más de doce mil niños que nacieron con miembros sin desarrollar o carentes de ellos, y manos en forma de aletas situadas directamente sobre los hombros, con la falta de algún pulmón o con los ojos y las orejas deformes. Muchos nacieron sin vida o murieron poco después, cuando sus madres, enloquecidas por la tragedia, recurrieron al infanticidio.